
Ayyyyy no me puedo creer que esté escribiendo una nueva historia en Queriendo ser madre…¡qué ganas tenía! además ya iba apeteciendo, verdad!? y más aun esta historia...La Historia de Mar, mi Mar ainsssss
¿Que por qué es tan especial!? sabéis que es la primera historia que recibí para esta sección!? sí, pero las cosas no le fueron a Mar como ella esperaba y me pidió tenerla guardadita hasta que su suerte cambiara y la pudiera actualizar con su deseo cumplido. Y su suerte cambió, vaya si cambió…
Además Mar se ha convertido en algo más que una fiel seguidora de mamá ríe, que una historia más de Queriendo ser madre…Mar es una amiga, una amiga que siempre está ahí dispuesta a escucharme, que se preocupa por como me siento y que constantemente me anima con sus corazonadas y presagios optimistas…pues eso, mi Mar…
Pero es mucho más, es una gran escritora…¡qué nivelazo, una escritora relatándome su historia en mi humilde blog! si no la conocéis os animo a que visitéis su blog www.marsuarezredondo.com y Facebook y disfrutéis de su lectura.
Y ahora ya sí, sin más os dejo con ella…
La Historia de Mar (I)
Mi historia… Bueno pues empezaré presentándome un poco. Me llamo Mar y tengo treinta años. Adoro a los niños/as desde que tengo uso de razón, esa pasión me llevó a elegir mi profesión (psicología), son mi mayor debilidad, y me resulta muy sencillo entenderme con ellos.
Mi marido y yo, hasta hoy, hemos tenido que luchar mucho para conseguir todos nuestros propósitos e incluso para sobrevivir en esta vida tan complicada. Nada nos ha resultado sencillo, como algunas personas a las que todo les sale rodado, pero cada piedra nos ha unido y fortalecido y hemos aprendido muchísimo sobre la vida y sobre nosotros mismos. Continuaremos luchando en cada batalla que se nos presente porque al final siempre merece la pena.
Convertirnos en MAMÁ y PAPÁ, es nuestra actual batalla… Después de retrasar en varias ocasiones la búsqueda de bebé por temas económicos, de trabajo, etc., la noche de reyes del recién estrenado año 2013 decidimos que había llegado el momento, para qué retrasarlo más, siempre acabas encontrando algún motivo que te hace plantearte si es o no buen momento, así que lo mejor era dejarnos llevar por nuestro corazón y hacer realmente lo que llevábamos deseando mucho tiempo. Decidimos ir sin prisas, estábamos inmersos en ese momento, en la obra de casa y nos encontrábamos en un periodo más o menos estable, de relativa tranquilidad, así que, con calma y disfrutándolo comenzamos la búsqueda a partir de febrero. ¡Cuánta ilusión teníamos! Yo creía que la gente debía notarnos algo distinto porque hasta nos comportábamos diferentes. Es difícil explicarlo pero nos invadió la ilusión y la llevábamos con nosotros a todas partes. ¿Cómo no emocionarnos? ¡Íbamos a ser papás!
En el mes de marzo me cogí una infección de garganta impresionante y pausamos la búsqueda hasta estar 100% curada. Continuamos nuestra vida, y a finales del mes de Abril la regla empezó a retrasarse. A los 4 días de retraso me hice la prueba de embarazo en orina y no tardó ni un segundo en salir las dos líneas rosas. ¡Madre mía! ¡Estoy embarazada! Bueno, imaginaos qué emoción. Estábamos como locos, embarazados y que rápido (me emociono al recordarlo, que bonito fue). Lloramos de alegría, yo aún no me lo creía del todo porque había sido muy rápido. Según mis cálculos aproximados, era muy probable que lo hubiésemos concebido el día que celebramos nuestro aniversario… ¿Podía ser más romántico y perfecto? Para mí era tal como lo había soñado.
Pasaban los días y todo marchaba bien, empecé con náuseas, dolor de pechos y demás. Contaba los días para verlo por primera vez, ansiosa por la llegada de la primera ecografía. Una noche, mientras dormía plácidamente, me desperté de un sobresalto con molestias en el corazón. Tuve la sensación de que mi corazón falló en un momento determinado, despertándome, y luego volvió a la normalidad. Algo extraño pero no me preocupó, volví a dormirme.
Unos días más tarde empecé a notar que mis nauseas, cansancio, y el dolor de pechos estaba desapareciendo y me extrañaba porque tan sólo estaba en la semana 7 o así. No quise darle muchas vueltas, y me convencí de que todo iba bien. Un viernes, en el trabajo, al ir al baño vi una leve mancha rosadita en el papel, la verdad es que había que fijarse mucho para verla, pero yo la vi. En mi interior sabía lo que estaba ocurriendo, aunque no quería reconocerlo.
El domingo volví a manchar pero esta vez fue un hilo negro que ya confirmaba mi sospecha. En urgencias esa misma noche, me confirmaron que había embarazo y embrión pero sin latido desde hacía unas semanas (en ese momento estaba de 8 semanas, casi 9) Los médicos fueron muy desagradables, fríos y poco humanos. Además mientras me vestía tras la ecografía, escuché cómo el médico que me había explorado le decía a otra que estaba frente al ordenador y a mi pareja, sentado al otro lado de la mesa, que el embrión estaba mal formado. De la forma en que lo dijo, parecía que el embrión tuviese malformaciones y aquello se grabó en mi mente con fuego. Aquella visita al hospital fue horrible y no sólo por la noticia que recibimos, si no por el trato y la poca delicadeza ante unos padres primerizos rotos de dolor. Me quedé en shock, no lloré ni hablé. Al día siguiente en casa, lloré hasta la saciedad y se lo comuniqué a aquellos pocos que sabían de mi embarazo.
El martes, me hicieron el correspondiente legrado, todo salió bien, salvo nuestros corazones. Una parte del mío se fue con mi bebé (sé que era un embrión muy pequeñito, apenas una célula desarrollándose, pero para mí desde que vi el test positivo, era mi bebé). Con el tiempo, relacioné aquella noche en la que sentí que mi corazón falló, con el corazón de mi bebé, tal vez, aquella noche fue cuando dejó de latir y yo inmediatamente lo sentí. ¿Qué curioso, no? Sigo creyendo que fue así, mi corazón se detuvo, cuando lo hizo el suyo.
…continuará
Uffffff qué historia! qué nudo me acabo de tragar! Me trae tantos recuerdos, que me emociono imaginando, volviendo a revivir lo que Mar debió sentir en aquel momento, en ese instante en que tu vida se para, en el momento en que el corazón más grande que puede latir dentro de ti deja de hacerlo, y junto a él, el tuyo se detiene…momentos en los que necesitas apoyo, cariño, un mínimo de empatía y parece que todos se empeñan en pisotearte el alma cuando más débil está.
Sí, sé que me odiáis por dejar la historia así, y sin avisar…pero dicen que lo bueno se hace esperar y en este tipo de relatos, en estas experiencias…lo bueno es lo mejor y esta historia promete.
¿¡Conocéis algún caso parecido a la Historia de Mar!? os ha ocurrido a vosotras mismas!? Me gustaría seguir de nuevo con esta sección que tanto está aportando al blog y a mis lectores, así que si tenéis una historia similar o totalmente diferente a la de hoy, podéis contármela en mamarreir@gmail.com, en el formulario a pie de página o a través de un mensaje privado en Facebook…os espero!!
Asi es, el corazon de una madre se detiene cuando lo hace el de su hijo.
El mio se paro el pasado enero cuando mi angel me dejo a los 6 meses de embarazo.
Joooo que llantina, es una historia que seguro tiene un precioso final . Deseando leerlo??
Uyyyyy ni te imaginas, no te despegues de la pantalla.
¡Cómo nos dejas así malvadaaaa!
Jajajajaj pues verás cuando os deje así este jueves wwwaaajajajajajajaj (risa malvada malvadísima)
pufff, que de sentimientos. La verdad es que siempre que leo cosas así, me vienen recuerdos a la cabeza. Da igual tener un aborto a las 8, 9 o a las 11 semanas, siempre se va una parte de nuestro corazon y de nuestro alma con nuestro bebe.
Un abrazo.
ay no que triste, no se como hay personas de tan poco tacto en momentos asi ….pero que mala dejando la historia asi!..
Hola, aqui una nueva lectora que se ha quedado tambien con las ganas de seguir leyendo mas. Saludos y felicidades por este gran blog 🙂
Vaya presentación me has hecho Carol! Me has emocionado ?? Muchas gracias a todas por leer mi historia. Me alegra haber conseguido transmitir mis sentimientos en aquel momento. Agarraos porque lo que pasa a partir de ahora es… asombroso, emocionante… casi no sé definirlo. Mejor que lo averigüeis vosotras… Un abrazo
estoy llorando. Sí, lo habéis conseguido. En el momento que leía que se despertó por el dolor en el corazón lo pensé y es que yo también pienso estas cosas.
Aixxx, y ahora a esperar y es que quiero saber máááááááás!
Saludos
Pero cómo nos dejas así??????, ay, cuantos recuerdos se han removido dentro de mí, lo mal que lo tuvo que pasar, y sobre todo lo poco empáticos que a veces son en los hospitales en esos momentos.
Ayyyyyyyyyy pero no me dejes así!!!!!!! Estoy deseando leer la segunda parte, esta me ha emocionado mucho.
Besos.