
Y la de hoy es ya la cuarta entrega de Queriendo ser madre dedicada a La Historia de Mar..apasionante verdad!?
Por la forma en la que nos la está contando parece la trama de una novela. Pero no, por mucho que nos esté gustando, que nos haya enganchado, no podemos olvidar que se trata de una historia real, de experiencias vividas por dos personas…uffff y hay que vivirlo. Además Mar escribió parte de esta historia prácticamente en tiempo real, cuando lo estaba viviendo todo.
Recuerdo cuando os contaba la mía propia, ya hacía años que había pasado y cuando lo escribía y algunos miércoles (que era cuando revisaba el post antes de programarlo) lo pasaba realmente mal recordando y reviviendo…así que muchas gracias a todas las que hacéis el esfuerzo y me mandáis un trocito de vuestras vidas.
Para que os sea más fácil seguir la Historia de Mar os dejo aquí los capítulos anteriores: Primero, Segundo y Tercer capítulo.
Y sin más vamos con el de hoy…
La Historia de Mar (IV)
Las navidades las pasamos muy contentos y paralizamos la búsqueda de financiación para el tratamiento hasta ver qué pasaba. Mi marido estaba muy contento, se sentía fértil y más fuerte y puso toda su fe en las vitaminas. Yo también estaba feliz y contenta por el cambio pero ahora que me había hecho a la idea del tratamiento…. puede sorprenderos pero tenía que esperar de nuevo, otra vez a esperar y ver qué pasa, aceptar la incertidumbre….
Sí, natural es mejor que con tratamiento pero… ya no sabía si creer, confiar… Estaba hecha un lío, habíamos pasado de ser fértiles y lograr embarazo natural a necesitar tratamiento ICSI para conseguirlo y ahora otra vez teníamos opciones de embarazo natural, sólo hacía falta un empujoncito a los espermatozoides, y todo ello en sólo año y medio y a saber qué más ocurría, si al final tendríamos que ir de nuevo a la clínica o qué.
estábamos algo cansados de “esperar y ver”, queríamos ir a la solución ya. Así que decidimos potenciar esta nueva oportunidad. Por mi parte empecé a tomarme también las vitaminas para el embarazo y ambos nos comprometimos a dejar de fumar después de las navidades. Todo con tal de ayudar y favorecer el efecto de las vitaminas.
El 8 de enero fue a repetirse la prueba tras el primer mes tomando las vitaminas y dos días más tarde supimos que la morfología ya estaba a nivel normal y la movilidad había aumentado. Esta vez la cantidad había bajado un poco pero en laboratorio no le dieron importancia. Lo significativo era que ya había empezado a mejorar.
En cuanto a la espera, la llevamos bien, contentos por la mejoría y porque las vitaminas le estuvieran funcionando. Quizás llegase de forma natural, quién sabe, tal vez… Intentaba estar más tranquila, confiar en que saldría bien, recuperar esa ilusión del principio… Pero eso es muy difícil, las dudas, lo vivido, la frustración, la desesperanza… se instala de tal forma en tu interior… Un día estás feliz y segura de que llegará pronto, otro día te levantas con ganas de gritar y olvidarte de todo, otro día quieres correr a la clínica de fertilidad y hacer el tratamiento ya, otro día te levantas y simplemente lloras…
Pero estaba trabajando en ello, intentando disfrutar cada día, sin pensar demasiado, viviendo el presente, paso a paso, sin anticipaciones, alejando la negatividad y abriéndole paso a la esperanza, la ilusión y la positividad. Era tiempo de relajarse, disfrutar y esperar, tomarnos las vitaminas y poner tanta fe como podíamos.
En marzo, mi marido (en adelante me referiré a él como “X”), acudió a realizarse el último seminograma de dicho experimento, y tras un par de semanas de espera para obtener el resultado, por fin llegó a nuestras manos. Os recuerdo que su calidad espermática era muy variable, por ello le mandaron las vitaminas, bien salían pocos bichitos o salían muchos pero con mala morfología… El resultado en esta ocasión fue; NORMOZOOSPERMIA. Palabra más que esperada, deseada y ansiada.
Todas las noches visualizaba ese resultado y por fin lo tenía en mis manos. Cantidad y movilidad muy buena y morfología normal (se ve que la morfología es lo que más cuesta mejorar, aún así está dentro de la normalidad según los criterios de la OMS, ya sabéis). Nos alegramos mucho en ese momento, aunque la verdad es que esperaba que los valores estuviesen aún mejor debido al efecto acumulativo de las vitaminas, pero bueno, también es de reconocer que sus valores ya estaban dentro de los límites de referencia, que se supone que es suficiente y como debe ser, así que… Démosle ese reconocimiento de esfuerzo y superación, ¿no?
El siguiente paso era coger cita en la clínica para que el médico nos explicase si el experimento había sido válido (se supone que sí dada la mejoría, pero tiene que decirlo el especialista, claro) y también para empezar el tratamiento porque habíamos decidido X y yo que ya no esperábamos más aunque los valores hubiesen mejorado, ya que el embarazo natural seguía sin llegar y oye… ya habíamos esperado casi dos años…
Como información extra, antes de entrar en lo ocurrido el día de la consulta médica, os pondré un poquito al día respecto a nuestros pensamientos/sentimientos. Durante los meses que duró el experimento vitamínico pasamos por casi todo tipo de sentimientos como casi siempre desde que tuvimos el aborto. Pero si he de destacar por algo esa etapa es por la sensación de paz, tranquilidad y positividad. Esa sensación de que todo estaba saliendo tal como queríamos o al menos parecía que el camino empezaba a ser más favorable, con menos piedras que sortear y con más visibilidad de luz al final del camino.
…continuará
Vaya vaya como la historia va dando un giro, ¡¿será de 180º o volveremos al mismo punto dónde empezó!? Como Mar nos cuenta, ella comenzó a sentirse más positiva, tranquila…y quienes hemos vivido en el apasionante mundo de la infertilidad sabemos lo importante que eso es.
Parece que el destino les estaba dejando respirar y dando esperanzas. Me encanta la actitud con la que Mar comienza a tomarse este asunto y es que llega un momento en que pones claridad mental y no olvidas tu vida presente o el futuro con todo lo que conlleva se va al traste.
¿¡Conocéis algún caso parecido a la Historia de Mar!? os ha ocurrido a vosotras mismas!? Me gustaría que aportárais esperanza e ilusión a todas las personas que leen estas historias, así que si tenéis una historia similar o totalmente diferente a la de hoy, podéis contármela en mamarreir@gmail.com, en el formulario a pie de página o a través de un mensaje privado en Facebook…os espero!!
Que bonita la historia de Mar!! Cuanto sufrimiento para lograr ser mamá. Estoy deseando de leer el final!! Aunque puedo intuir por los comentarios que acaba muy bien ?. Por cierto si se puede saber….que tipo de vitaminas tomó el marido?? Mi pareja tiene el mismo problema. Un saludo a las dos.
Otra vez nos dejas así??? No tienes corazón, jejeje
Mira que os gusta hacernos sufrir!! jajajajaja. Una historia que se merece una novela 🙂 🙂 🙂
MUAS
Por cierto, tengo un sorteo de champú y spray de Naturaleza y Vida, que me habías comentado que te gusta mucho. Anímate, que me encantaría que lo llevara alguien de los que comentan y leen siempre.
Besos.
Ayyyyyyyyyyyyyyyy no me vuelvas a hacer esto!!!!!!!!!!! Ahora a esperar otra semana!!!!!!
Besos y a seguir esperando, ainnnnns.