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Queriendo ser madre. La Historia de Yo tampoco sabía(III)


Historia de yo tampoco sabíaY por fin llega a Queriendo ser madre el final más esperado de la Historia de Yo tampoco sabía. Si te perdiste los dos primeros capítulos no puedes dejar de leerlos antes de disfrutar de este desenlace…os lo dejo aquí; La Historia de Yo tampoco sabía (I) y La Historia de Yo tampoco sabía (II)

Estáis preparados para emocionaros, pues pañuelo en mano os dejo con…

Queriendo ser madre. La Historia de Yo tampoco sabía (III)

La vida seguía de manera más o menos rutinaria, trabajo, casa, médicos y de tanto en tanto salir a disfrutar de nosotros mismos para no pensar en esa personita que todavía no llegaba.

Una mañana tuve que ir al médico, no me encontraba bien, llamé a mi jefe para avisarle y nos fuimos de urgencias. Al entrar a la consulta, casualmente estaba de guardia el médico de toda la vida de mi Rubio, me preguntó durante la conversación que mantuvimos que cuando me había venido el período la última vez para saber si había “riesgo” de embarazo, yo le dije que lo tenía irregular pero que no había tal riesgo y el médico mientras tanto revisó mi “ficha” y vio mi colección de pruebas médicas, estuvimos comentando que al día siguiente tenía una de las últimas pruebas, ya nos encaminábamos a la IA o FIV, aún así me mandó a hacer pipí para hacer un test de embarazo, mi respuesta fue “yo no sé lo que tengo, pero no es un embarazo” la verdad es que había ido al lavabo antes de salir de casa y no me apetecía en absoluto volver a ir. El médico me dijo que de todas maneras tenía que hacerlo ya que “nunca se sabe”. Fui al lavabo y costó pero algo quedaba todavía. Entré en la consulta y se lo di.

Sus palabras exactas se grabaron a fuego en mi memoria “una cosa está clara… no sabes lo que tienes, para empezar estás embarazada, que digo embarazada, embarazadísima” de pronto era como si el tiempo se detuviese y yo empecé a llorar, pero llorar llorar, cualquiera que me viese pensaría que me acababan de dar la peor noticia de mi vida, nada más lejos de la realidad, no podía parar de llorar “desconsoladamente”. El médico teniendo en cuenta la conversación que habíamos tenido me dijo “¿lo quieres verdad?” Y yo “siiii” entre sollozos y él “¿tu pareja está fuera?” Y yo sollozando más “siiii” “¿le aviso? ” “siiiii” y esa puerta que se abre y mi Rubio que me ve llorando dándolo todo pregunta “¿qué pasa?” Y el médico “¿que qué pasa? Que está preñada preñadísima” mi Rubio entró, me abrazó y se sentó a mi lado y el médico me empezó a explicar que si el yodocefol y yo que sé que más por que yo no podía parar de llorar y en cierto modo era como si no estuviese allí, no me estaba enterando de nada de lo que decía, sólo sonaba en mi cabeza una y otra vez “que digo embarazada, embarazadísima” así que me dijo que mejor se lo explicaba a él.

Por fin pude parar de llorar y salimos fuera. Al salir del ambulatorio al lado hay unas escaleritas en las que nos sentamos para analizar lo ocurrido, estábamos pletóricos incrédulos ante la noticia. Tantas veces había sido no, tantas pruebas, tantas desilusiones y de pronto el día en que ni nos lo planteábamos nos dicen que sí.

Nunca he llorado tanto como aquella tarde del 11 de julio de 2011, pensándolo ahora entiendo que exploté, todas aquellas noches culpándome, sufriendo y convenciéndome que algún día pero pensando que nunca llegaría. Aquellas lágrimas, que aunque vistas desde fuera no lo parecían, eran la felicidad absoluta, aquellas lágrimas llenaron aquel vacío que tanto tiempo sentí, aquellas lágrimas me despedían de la tristeza que me había llegado a consumir en ocasiones y que jamás volverá. Aquel “nunca se sabe” ha sido el mejor premio de mi vida.

Disfruté mi embarazo al máximo pero con un profundo temor a que algo ocurriese y mi sueño no acabase como yo esperaba, recuerdo alguna noche que no se movía mucho por no decir nada y quedarme en el sofá totalmente quieta con las manos en la barriga llorando y pidiéndole por favor que se moviera y ese alivio infinito al notar una patadita. El día que nació mi Bombón, ese momento en el que me la pusieron encima y la vi sentí la mayor alegría de mi vida. Sabía que había nacido para vivir ese momento.

Y además me salió obediente ya que nació 9 días antes de cumplir los 30. La naturaleza es caprichosa y como bien dice mi ginecólogo «con un embarazo tu cuerpo cambia y lo que ahora tanto te ha costado cuando quieras el hermanit@ puede ser que sea mucho más fácil».

Pasó el tiempo y mi Rubio y yo «formalizamos» nuestra relación pasando por el altar. Decidimos que tras la boda nos pondríamos a la búsqueda del pequeño, conscientes que costaría, conscientes que podía ser difícil, pero con ilusión y pensando que viniera cuando quisiera y que si se lo pensaba demasiado volveríamos al ginecólogo para que nos ayudase a enseñarle el camino a nuestro pequeñín.

Yo desde el embarazo no había vuelto a tener el período, desde junio de 2011 y estábamos ya en octubre de 2014, así que los ciclos precisamente controlados no es que los tuviera, el 11 de noviembre llevaba ya unos días con sensaciones raras ¿sería q el período volvía a mí? Pero algo dentro de mí me hacía sentir algo especial, no sé cómo explicarlo, total que me decidí a pedir un lote de test de ovulación y de embarazo por internet, ese día justo se cumplía un mes de la boda y unos amigos habían venido a visitarnos, estuve un par de veces a punto de decirle a mi rubio que fuese a la farmacia a por un test, pero preferí esperar, sabía que sería negativo y no quería que mi amiga que me conoce mejor que nadie viese mi cara de tristeza, porque aunque sabía que sería negativo, la ilusión siempre está ahí.

Total, que cuando ellos se fueron, justo cuando me disponía a hacer  el pedido de los test le dije «ves a la farmacia a por un test y así me quito los pájaros de la cabeza» me lo hice y allí estaba yo, en el lavabo con el test delante de mí y ese relojito de arena que no paraba de parpadear y ese nervio controlado que yo tenía y esos tres minutos eternamente largos y de pronto «Embarazada» ¿en serio?

No me lo podía creer, el corazón me latía tan rápido que parecía que se me iba a salir del pecho, me quedé como paralizada, no podía reaccionar, entonces salí del lavabo, miré a mi Rubio y no hizo falta decir nada. Nos miramos y nos reíamos como dos tontos a los que les acababa de tocar el premio gordo de la lotería, nos abrazamos incrédulos, nos habíamos preparado y mentalizado tanto para esperar, para «sufrir» al igual que en el primer embarazo que aquel positivo era como un sueño, que razón tenía mi ginecólogo con que el segundo no tenía porque hacerse esperar tanto, pero tampoco en la vida hubiera imaginado que sería así, nos pasó como en la canción «la vida te da sorpresas».

Justo cuando se cumplían 40 semanas de nuestra boda nació mi pequeño Minibombón, el hombrecito de mi vida. Lógicamente es mi niño meloso porque «le hicimos» en la luna de miel. Mis Bombones son lo mejor de mi vida y me han enseñado que las cosas nunca son como esperas.

FIN

Ayyyyyy por dios!! habéis visto historia más perfecta que la Historia de Yo tampoco sabía!? el milagro que toda mujer quiere tener, la sorpresa más esperada, la recompensa a esas lágrimas derramadas y a la espera…jolín, pues no estoy llorando, habré pedido veces que llorar así de felicidad!?…en fin que me voy del tema. Y otra cosa, os dais cuenta lo que es el cuerpo!? es que Minibombón llegó a la primera!! ainsssss qué bonita historia de verdad!!

Muchas gracias Yo tampoco sabía por compartir este trocito de tu vida con todos nosotros durante estas semanas, me ha encantado tenerte aquí y os mando un beso enorme.

Bueno, pues Queriendo ser madre se acaba de momento y digo de momento porque me he quedado sin historias y aunque pensaba no retomar la sección, he pensado que si que lo haré, si me enviáis vuestras historias las iré publicando los jueves conforme me vayan llegando, además de que por ahí hay una amiga que me ha prometido la suya jejeje. No tengo palabras para todas las que habéis confiado en mí abriendo una parte de vuestra intimidad a todos los amigos de mamá ríe…GRACIAS.

Y por último, recordaros que yo sigo estando aquí para lo que necesitéis, en mamarreir@gmail.com, a través del formulario de contacto del pie de página o de un mensaje de facebook o twitter…charlamos!?


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14 comentarios en «Queriendo ser madre. La Historia de Yo tampoco sabía(III)»

  1. wuuooOO Vaya fin!!! Espectacular! ¿quién se lo iba a imaginar? Y el segundo milagro… ufff… pero ¿así de fácil? asi que esas cosas suelen pasar, ¿no? Qué cosas… qué ilusión… Ha sido muy emocionante! Felicidades a la protagonista y a ti mamarie por este espacio.

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  2. Ayyyyyyy qué historia más bonita!!!!
    Me da rabia que se acabe la sección, ojalá te envíen muchas historias.
    Yo la mía ni la cuento porque me quedé embarazada a la primera las dos veces así que no es bonita ni emocionante, es genial para mí,claro, pero nada más y aburriría a cualquiera.
    Un besín y he disfrutado mucho.

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