La situación ya me estaba superando, llegando a agobiar de verdad, todos los meses se repetía la misma historia. Todos los días me despertaba termómetro en boca, cada vez que iba al baño analizaba el papel de limpiarme al detalle; al principio del ciclo para detectar el flujo idóneo, tras los días clave para encontrar cualquier otra cosa que indicara embarazo y los últimos días para no ver nada que anticipara la llegada de «la indeseable». La semana fértil se convirtió en una obligación, se perdió todo el interés, toda la ilusión de los primeros meses; el cansancio, la rutina, el pesimismo de no lograr nada…acabaron con la magia.
Queriendo ser madre. Capítulo 8: Por fin acabamos con las entrevistas.
Tras varios tonos y cuando ya estaba a punto de colgar, atendió la llamada la compañera de N., me dijo que en ese momento él estaba pasando consulta y no podía atenderme, entonces le comenté que estaba preocupada porque me había llamado varias veces a través de mi marido, al que no había querido decir nada, y el no saber lo que ocurría me estaba matando. Me pregunto -«¿eres Carolina?», «si, es que N. …»-intenté …