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Queriendo ser madre. La Historia de Piri (II)


Queriendo ser madre. La historia de Piri IIEsta semana en Queriendo ser madre os dejo la segunda entrega de La Historia de Piri. Si recordáis la Primera parte, todo empezó con una bonita historia de amor con la que cumplir el sueño de ser madre, lo que nadie podía imaginar es que ese camino no iba a ser tan fácil.

¿Qué ocurre cuando la que debiera ser la etapa más feliz de nuestra vida se torna difícil? cuándo todo es incertidumbre y miedo!? cuando un embarazo se complica!?

Piri nos cuenta como con el apoyo de las personas que más quiere y con fe pudo ir superando todos los obstáculos y dificultades. Os dejo con ella…

Queriendo ser madre. La Historia de Piri (II)

LOS NUEVE MESES MÁS LARGOS DE MI VIDA

Esa emoción y esa alegría no duraron mucho. Ese mismo día empecé a manchar y me dolían las piernas y la cintura… esto no es normal. Al día siguiente dejé de manchar y vino el fin de semana y todo estuvo tranquilo. Lunes, al prepararme para ir a trabajar, otra vez, manchando. Eso ya no me gustó y pedí cita con mi ginecólogo privado. No fui al trabajo, si no directo a la clínica. Me hicieron una eco y ahí estaba el saquito, de unas 5 semanas más o menos. No se escucha nada todavía. Y la causa del manchado, un hematoma de 1cm. La verdad, estaba yo muy mal, ahí en plena clínica empecé a llorar, iba sola. Mi esposo tuvo que ir a trabajar y no sé, no sé porque no le dije que fuera conmigo, pero sería la primera y la última vez, nunca más se perdió una cita. Reposo 2 semanas y a esperar 1 semana para a escuchar el latido. Un consejo amigas, nunca vayan solas a esas citas, si todo sale bien tienen a alguien con compartir la alegría y si algo va mal, tendrán un hombro en donde llorar.

Esperar, eso de esperar es lo peor, esa incertidumbre, el no poder hacer nada. En el trabajo no sé, unas personas se portaron muy bien y otras no tanto.  Esa historia también daría para bastante…

A la siguiente semana fuimos mi esposo y yo a la clínica, ya no había manchado más, parecía que íbamos mejorando y esta vez solo pusieron el doppler. El Dr dijo “ya lo escuché, ahora se los voy a poner a ustedes” y la lentejita decidió huirle al aparatito… pero el Dr buscaba y buscaba hasta que lo encontró, no se rindió hasta que escuchamos ese sonido de su corazón latiendo rápido, muy rápido. Mi chiquito se estaba agarrando fuerte y por fin respiramos aliviados.

Una semana más de reposo y vuelta a trabajar.  Mi trabajo normalmente no es muy pesado, pero estábamos en época de mudanza de oficina. Además teníamos auditorías, ese primer manchado fue después de una auditoría, digamos “pequeña”. A las 4 semanas teníamos una “gran” auditoría y soy yo quien las dirige.

Pues pasaron esas 4 semanas, yo ya estaba de 12 semanas y pensaba que lo más difícil ya había pasado. Vino la auditoría, el último día fue agotador…era viernes, gracias a Dios la pasamos. Y el fin de semana, otra vez… el temor más grande de una embarazada, el papel manchado al ir al baño. Fue solo una vez, pero me asusté mucho. El lunes a primera hora llamé a mi gine y me dijo que si no manchaba más, nos veíamos el jueves con la cita que ya estaba programada y si manchaba de nuevo, directo a la clínica.

El martes, fue el peor día de mi vida. Ahora mientras escribo se me hace un nudo en la garganta, mientras trabajaba (terminando la mudanza, es que cuando yo cambio de oficina es como si me cambiara de casa) sentí algo horrible, sentí que me bajaba la regla, voy al baño y lo que veo no es manchado… es un sangrado en toda regla, mi ropa manchada, todo rojo, rojo, nada marrón. Y empiezo a llorar, llamé a mi esposo (quien llegó a mi trabajo en cuanto pudo), llamé al gine, llamé a mi mamá y le pedí a Dios que dejara a mi bebé conmigo; mientras me ponía una compresa.

Ese trayecto, en hora pico, de mi trabajo a la clínica, fue horrible. Lloré y lloré y seguí llorando. A mi esposo no le gusta que llore y cuando lo hago es más de regañarme y decirme “mira todo lo bueno que tienes, no llores por eso”. Ese día no me dijo nada, tomaba mi mano, trataba de distraérme, me decía que todo saldría bien. Y yo sentía que el suelo se me iba, que la vida se me acababa, que un frío helado recorría todo mi cuerpo.

Normalmente uno no siente al bebé hasta como la semana 19, 20, así que ni ese consuelo. No podía saber, pero desde más o menos la semana 8, yo tenía una “bolita” en el lado izquierdo del vientre y ya sabía que era él, ahí estaba, yo tocaba la “bolita” y le decía que se quedara. Ese trayecto fue tan largo para mí, que pasé por muchas fases. También entregué a mi bebé a Dios, para que se hiciera Su Voluntad. (si lo han notado, soy mucho de Dios y ojo, no de religión, si no de Dios, ese Padre/Madre que nos ama y nos cuida en cada momento).

Por fin llegamos a la clínica, nos hicieron pasar directo al potro, y la cara de mi gine cuando vio aquello… bueno, les diré que por más profesional que quiso ser, se notaba su preocupación. Puso el doppler… mi esposo sujetaba mi mano y me besaba la frente y ahí estaba… ese sonido maravilloso. Pum, pum, pum , pum, fuerte y claro. Ahí estaba mi pequeño, agarrándose fuerte, latiendo, con nosotros. Las indicaciones, reposo absoluto (solo al baño y no mucho) progesterona vaginal 3 veces al día, y pedirle mucho a Dios (sí, eso lo dijo el gine, no fue de mi cosecha). Hacer una eco en ese momento implicaba tener que trasladarme a otra clínica y eso no era recomendable, así que reposo y en una semana veríamos.

Pasó la semana, el sangrado disminuyó y ya por fin hicimos la eco, ahí estaba mi pequeñito, tan bello él con sus manitas, sus piecitos, su cabecita todo completito y ahí estaba también el causante de tanto dolor y agonía, un hematoma de 6cm, de referencia mi bebé media 8cm para ese entonces. Así que nada, a seguir con el reposo, sólo podía levantarme para ir al baño. Mi gine hasta el día de hoy está convencido de que fue por tanto esfuerzo y tanta actividad en el trabajo, debía tomarlo con calma. Así pasaron 3 meses sin que yo pudiera salir de casa.

Mi gran ayuda durante esos meses y hasta el día de hoy ha sido mi mamá, y mientras escribo esto se me caen las lágrimas, porque sé que me ayuda con todo su amor y muchas veces no sé corresponderle. Ella al salir del trabajo iba a mi casa, me ayudaba con la comida y estaba conmigo hasta que llegaba mi esposo de trabajar, me cuidaba y no dejaba que yo moviera ni un dedo.

Siempre quise tener una niña, no puedo negarlo, incluso los primeros días decía que llevaba una “hija”, mi hermana siempre decía, “déjalo, que tal es niño?” y el día que llegamos a la eco de las 20 semanas, estábamos con el lío, yo quería saber y mi esposo no; el gine muy paciente esperaba a ver si por fin decidíamos y yo dije “si se deja ver, díganos” y él dijo “ es un VARÓN” uy eso sonó tan… tan no sé, serio, elegante, con tanta responsabilidad. La verdad nos quedamos sin habla, pero no podía ser de otra manera, a pesar que estábamos prácticamente seguros de que sería una niña.

Gracias a Dios el hematoma estaba disminuyendo, ya no sangraba ni manchaba, pero por precaución seguí en reposo. Ahora el riesgo era de un parto prematuro, tenía el tamaño del cuello uterino en el límite, o sea, podía borrarse en cualquier momento y provocar el parto. Me indicaron unas inyecciones para madurar los pulmones del bebé y a esperar.

Esperamos y mientras lo hacíamos decidimos ir a verlo en 4D.  Me dijeron que tomar un chocolate o una coca cola para que fuera muy despierto y lo viéramos moverse. Yo seguí las instrucciones, pero mi pequeño decidió dormir durante la hora completa en que estuvimos viéndolo. Tenía su manita sobre la frente, casi no podíamos ver su carita; y es tan curioso, al día de hoy casi siempre duerme con su manita sobre la frente. Recuerdo que, como era un hospital escuela, había un par de médicos solo observando y uno de ellos decía “ohhh la naricita!!!” y sí que tiene una naricita linda mi peque (que voy a decir yo).  Bueno y claro, tenía que preguntar “¿sigue siendo niño, Dr?”  – “pues claro que sigue siendo niño!, miren, miren, esto no lo tienen las niñas” mientras mostraba los dotes de mi primogénito, que eso sí que lo enseñó muy bien. Y tengo más fotos de eso que de su carita. Mi mamá nos acompañó en esa ocasión y estaba tan emocionada de ver a su nieto, sobre todo porque ella solo tuvo hijas, toda una nueva experiencia para ella.

El tercer trimestre fue muy cansado, me dolía mucho la espalda y el peso, me gané casi 20kg, de los que siguen como 15kg todavía conmigo. Por las noches me molestaba el querer ir al baño, porque el bebé, nada. Él dormía toda la noche. Muchas mamás me cuentan que ellas no dormían de tanto que se movía su bebé por las noches, el mío nada. Me daba un susto y cuando me levantaba al baño le decía “bebé, muévete para que mami sepa que estás bien” y me da UNA patadita. UNA, no más y sentía que me decía “deja dormir mamá”.  Aquí, otra nota a como estamos al día de hoy, las primeras noches se despertaba de 2 a 3 veces para tomas nocturnas, a partir del segundo mes, empezó a dormir algunas noches de corrido y otras hacía una toma como a las 3am. A partir del tercer mes, ya eran más las noches que dormía de corrido y algunas, no muchas hacia la toma de las 3am.  Desde el cuarto mes, prácticamente no hay tomas de las 3am, uno que otro día. Duerme más o menos de las 8:30 pm hasta las 6 am del día siguiente, y he de decir que sí que lo trae desde el vientre materno.

Pasaron los días y finalmente llegamos a las 37 semanas, mi bebé contra todo pronóstico, llegó a término y podía salir a conocernos en cualquier momento.

…continuará

No perdáis de vista esta sección, porque Piri nos deja el desenlace de su historia el jueves que viene.

Y vosotros, ¿os habéis sentido identificados con esta historia de Queriendo ser madre!? ¡¿tuvísteis un embarazo complicado y de incertidumbre!? me encantaría conocer tu historia, ¡cuéntanos en un comentario! o mejor…

Si pasas por aquí y te emocionas con estas historias y te ves reflejado en ellas, ¿no has pensado en contarnos la tuya? quizá te ayude a dar el paso el hecho de que con ella puedes ayudar a muchas familias que estén pasado o hayan pasado por lo mismo que tu. En Cuéntame tu Historia para Queriendo ser Madre tienes todos los detalles…venga escríbeme a mamarreir@gmail.com ¡te esperamos!

 


Responsable » Carolina Vargas Alarcón.
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25 comentarios en «Queriendo ser madre. La Historia de Piri (II)»

  1. Yo la entiendo al 100%. Estoy de reposo absoluto, de momento hasta la siguiente ecografía, así que también me parece que se me va a hacer muy largo el embarazo :). Me alegro de que saliera bien. Me voy a leer ese parto! ^_^

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  2. Recuerdo cuando estaba embarazada de la peque. Esos sangrados que tuve, uno de ellos por un desgarro de la placenta. Ufff, se pasa realmente mal, sobre todo, como dice ella, si todavía es muy pequeño y no lo notas.
    Yo después de mi segundo sangrado, puedo decir que iba siempre muerta de miedo al baño.

    A ver la tercera parte.

    Saludos

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  3. Ufff… te entiendo eso de tener miedo por si pasa algo… En mi segundo embarazo lo pasé fatal y también tenía miedo de ir al baño por si tenía perdidas… Por suerte todo fue bien!!
    Besitos

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    • Y no te imaginas que bebé más hermoso (por fuera y lo principal por dentro)!! Mi papá dice que es único! Siempre me acuerdo de Carol, porque toda la gente me dice que se ve que es un bebé muy feliz 😉 Un abrazo

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  4. Qué horror de embarazo, con lo fácil que fue el mío! Me da mucha pena que Piri lo pasara tan mal, pero bueno, parece que salió todo bien al final y que su niño es la recompensa a tanta incertidumbre e incomodidad!

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    • Si, yo lo he visto con mi hermana y mis compis de trabajo… unos embarazos casi perfectos y yo me quedo con cara de «y por qué me tocó a mí esto?» pero todo tiene su recompensa, yo ahora tengo mi milagrito conmigo.

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    • Gracias 😉 me doy por aludida, aunque confío en el Universo te manda las pruebas que puedes soportar, yo por ejemplo creo que no tendría fuerzas para pasar por un tratamiento o una pérdida, ahora tengo terror de pasar por algo así y creo que no seré capaz de buscar el hermanito.

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  5. Vaya 9 meses!
    Que mala tiene que ser esa sensación de ir con miedo al baño por si sangras, no moverte de la cama para no hacer esfuerzos… Pero lo importante es que todo iba hacia adelante

    El próximo jueves espero el final feliz!

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    • Si, la verdad es horrible, y lo más horrible es que la gente te diga «lo bueno es que estás descansando» te quedas con cara de QUE? PERDÓN? que descanso puedes tener con esa angustia y aunque no lo crean, pasar así es cansado, te duele la espalada de no poder cambiar mucho de posición, se te duermen las piernas, te falta circulación… Pero como bien dices, lo importante es que iba todo adelante 🙂

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