Noooo, no os voy a deleitar con mi dulce voz cantando la maravillosa canción de Presuntos Implicados…¡que por cierto me encanta! ¡ayyy qué recuerdos más nostálgicos me trae!
Hablando de recuerdos, este fin de semana pasado, como viene siendo ya una tradición, fuimos a darnos una vuelta con mi rubio por un conocido centro comercial… para ir elaborando la carta a Papá Noél y a los Reyes Magos. Estuvimos horas de un pasillo a otro viendo juguetes, juegos, muñecos…Cogiéndolos, tocándolos, probándolos…mi rubio disfrutó de lo lindo y yo…
Yo aluciné de lo que han cambiado las cosas desde que yo era pequeña. Sí, ya sé que más de uno estaréis pensando «¡es que ya ha llovido desde entonces!», pues no os coléis que tampoco soy tan vieja y los muñecos siempre han sido muñecos de los de toda la vida.
Sí, pero es que los muñecos de toda la vida, esos que imitan a bebés, niños y niñas, ¡vienen con sorpresa!. Tu ves a la muñequita ahí en su cajita, tan inocente, tan rubia, con ese vestidito y accesorios y en nada que la sacas de la caja…¡prácticamente se convierte en humano!. Vamos, que las muñecas de antes y de ahora no tienen nada que ver.
¿Os acordáis de los muñecos de antes?. Esos que solo tenían de plástico cabeza, manos y pies, lo demás era trapo. Y cómo olvidarnos de esos ojos que se cerraban solo cuando los tumbabas y ¡hasta ruido hacían!, bueno y cuando pasaba un tiempo se le quedaba un ojo a la virulé, medio cerrado…digno de peli de miedoooooo.
Pues el otro día, viendo juguetes como os digo, di con una muñeca que gesticula cuando está alegre, triste o malita…llora con lágrimas para que le des mimos y cuidados. Y eso no es todo…¡hasta puedes sonarle los mocos!
Ah y qué me decís de esas bocas con un agujerito por el que se introducía un biberón cuyo líquido quedaba todo en el tapón, ¿os acordáis?. Qué antiguos sois, luego soy yo la viejuna.
Ahora las muñecas comen espaguetis ¡y lo hacen ellas solas!… ¿cómo te quedas?. Además te puedes despreocupar porque ella misma avisa cuando tiene hambre y también cuando quieren hacer caca. Sí, estas muñecas son realistas para todo, hasta para gustarle que le hagas cosquillas en el ombligo mientras le cambias el pañal jejeje…desde luego son una monada.
Y volviendo a hablar de recuerdos, ¿os acordáis que hace unos días os hablaba de estereotipos de género y cómo estos pueden afectar a los niños? Os contaba que mi rubio igual juega con camiones que con muñecas. Le encanta hacer de papá y darles de comer, despeinarlas … me lo como, «yo soy su papá igual que tu eres mi mamá y también como yo tengo mi papá»-me dice.
Bueno pues acabé de alucinar y también agradecer, la verdad, cuando vi que estas muñecas hablan, y lo hacen dirigiéndose tanto a «mamá» como a «papá». Solo con accionar un botón en su espalda se puede elegir la opción deseada. Además de muchas más expresiones y sonidos.
Sabía que la tecnología había llegado hace tiempo a los juguetes, pero ver muñecas que lloran con lágrimas, comen pasta y tienen cosquillas… me ha impactado. Son tan realistas, son tan diferentes las muñecas de antes y de ahora.
¿Qué me decís de cómo hemos cambiado hasta en los juguetes?
Ayy, pues me encanta la muñeca moderna. Aunque he de decir que en esta casa la niña pasa de ellas pero mi mochuelo ¡está enamorado de todas las rubias de pelo largo que se topa! Es un apasionado del rosa y el brilli brilli así es que cuando tenga edad para elegir juguetes, no descarto que meta una de estas en la lista.
Pues nada si le gusta pa’lante igual que si le gusta otra cosa. Mi rubio tiene pasión por los muñecos bebés.