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Cómo cambiar la funda nórdica y no morir en el intento


Esa es  la cuestión…cómo cambiar la funda nórdica y no lisiarte en el intento para todo el invierno, ¡ardua tarea!.

Parecía que no iba a llegar nunca, pero sí, ya está aquí el frío. Y con él los resfriados, los frutos secos, los días más cortos, las calefacciones, los pijamas de pelillo yyyyyyyy…¡los edredones nórdicos! (léase acompañado con la música estridente de la escena más famosa de Psicosis). Y y y y  claro está, enfundados en sus fundas, malditas fundas, como dios manda. 

Cómo cambiar la funda nórdica
Fuente: Shutterstock

Os preguntaréis -¿y qué tiene esto que ver con la maternidad?. Soy madre, uso nórdico y sufro en mis carnes… y mis riñones, los cambios de funda muy a menudo…eh??? aclarado???. Aquí aprovecho la coyuntura para un pequeño apunte, por si algún despistaillo no lo sabe. Que las fundas de edredón nórdico se cambian muy a menudo, como si de unas sábanas se tra-ta-ra. 

Aishhhhh, es que no me digáis que cada vez que hay que cambiar una funda nórdica en casa, porque claro esto va a cuadrante, hay que estar muy loco…o muy cachas, para cambiar todas las camas el mismo día, bueno, pues no me digáis que no os acordáis del cobertor de toda la vida. Ese que parece que te acostabas con catorce personas, ¡pero una encima de otra de lo que pesaba!. Ese que si se salía de la sábana y te rozaba un filillo, más tieso que la mojama, te salia urticaria en el cuello y ya tenías el castigo, porque tu madre se pensaba que era un chupetón del novio. Sí sí, ese con estampado de leopardo tan vanguardista… Y lo mejor de todo, ¡qué no se lavaba!…como mucho al final del invierno se aireaba durante un par de días en el tendedero y hasta próximo invierno.. otra vez a la cama con to su pelo y to su lana, total los ácaros abrigan…¡eso era dormir a gusto y acompañao!..

Y llegan las modernuras (palabras textuales de Una abuela muy feliz), que si edredón nórdico de plumón, de pluma de oca, que si pluma de ganso, que si mezcla, torrefacto, natural, algodón…¡No pesa nada, te puedes acostar en pelota picá que sudas a mares! y ya no digamos si haces otras cosas…te convalidan el gimnasio un mes por la parte corta.

Cuando me casé, lo primero que entró en mi casa fue el mejor edredón nórdico que había en el mercado en ese momento, ¡un ojo de la cara  me costó por aquellos entonces! (además en pesetas que el mil parece que hacía más bulto).

Mira que no me gusta el invierno, pues deseando estuve ese año de que llegara el frío para estrenarlo. Si me apuráis, lo coloqué en septiembre…no se, ¡ese año parece que refrescó antes!.

Vale, ya tenía mi nórdico, ahora, ¡prepara to el tinglao!. Que si cubre somier para que no se vean las patas de la cama, que si sábana bajera (¿donde se ha visto que un juego de sábanas o como se llame, venga a medias sin sábana bajera? (modernuras- de nuevo al habla Una abuela muy feliz) y la funda nórdica, que hay que comprar por lo menos de quita y pon, porque se cambia a-me-nu-do. Todo listo para protagonizar el anuncio de nórdicos del Ikea.

En realidad, con todo este trajín, empecé a ponerlo en septiembre y casi acabo para los santos…¡qué barbaridad! ¡Qué un chupete traiga un libro de instrucciones (ya sabéis el dicho «más simple que el mecanismo de un chupete») y una funda nórdica lo único que trae es un cartón con una cama…acomplejadora porque es la perfección aunque haya una tía acostada que bien se podía meter la sonrisa en el culo…¡se nota que ella no hecho la cama!. Porque esa es otra, mucha preparación, pero ¿cómo leches se pone una funda? ¡si a penas sabemos poner un edredón nórdico, como para saber enfundarlo!.

Cuando toca cambio de funda nórdica ya se me tuerce el día…¡qué pereza!. Es una lucha cuerpo a cuerpo, acabo sudandico y con los brazos para perderlos…¡parece que me han dado una paliza! La cama de 150, que ya nada más que con mirar al nórdico pesa un quital, hay que ver con lo ligericas que son las plumas en versión individual y lo que pierden cuando se juntan. Además de que mis brazos de persona de 1,62 no me abarcan, aunque creo que con mi experiencia fundil, algo me han debido de estirar…ya mismo me puedo cortar las uñas de los pies sin agacharme…¡es lo que tiene practicar el fundining!.

Y no digamos para tenderla cuando la lavo…muy a menudo. La tengo que lavar por partes porque no caben todas en el mismo lavado, para sacarla mojada me veo negra…¡a veces he dudado si la he lavado con Un papá muy feliz reliado!…¡pesa el triple!. Y ya no digo nada para echarla al tendedero…

Y llega la hora de la verdad. Seguro que hay mil formas de meter la funda al nórdico, pero yo al principio, que aun no tenía experiencia fundil, me metía dentro con el edredón y llevaba cada esquina de este a su destino en cada esquina de la funda. Entonces es cuando llamaba a Un papá muy feliz que cogía estás esquinas por fuera y las tenía firmemente atrapadas hasta que yo cogía una de ellas…¡ayyy y pobre de él como se le escapara alguna!. Y así seguíamos ambos en armonía…

En la armonía justa que se puede dar compartiendo este tipo de tareas una perfeccionista enfermiza como yo, con un hombre como Un papá muy feliz, hasta que acabábamos la tarea…como el rosario de la aurora… no, peor. El problema es que muchas veces estaba sola, el problema es que me gusta hacer las cosas sola y el problema es que hay cosas que mejor que mal acompañada, más vale hacerlas sola…cachis en los mengues, ¡eso no iba a poder conmigo!, entonces hago lo siguiente:

Cómo cambiar la funda nórdica

Lavo la funda del revés, la tiendo del revés, y del revés meto la mano llegando hasta las esquinas y con estas cojo las esquinas de arriba del nórdico, a veces, sobre todo al principio, las pillaba con dos pinzas de la ropa.

A continuación tiro un poquito hacia abajo hasta que la funda queda del derecho aunque arrugada en la parte de arriba del nórdico. Me subo a los pies de la cama y sacudo con fuerza, cualquier día se me desmembran los brazos de los hombros.

En alguna ocasión me ayudo de pequeños saltitos, pequeños, que me animo me animo y acabo botando…¡a pique de salir por el techo!, con mucho cuidado de no cargarme la lámpara. En realidad este paso se hace mejor en un balcón, pero no tengo y como mi estatura es más bien «recortá», si sacudo desde el suelo, el nórdico ni se cantea.

Una vez que la funda ya está medio colocada, voy para atrás para atrás en la cama hasta dejarla en su sitio exacto.

¡Me queda una cama perfectísima!…tendinitis en los hombros, ambas muñecas abiertas, varios días con los riñones partíos y bueno, por supuesto después de toda esta bregacina, directa a la ducha para no acostarme en mi cama limpíiiiiiiisima de la guisa de haber corrido una maratón…Ah y ese día olvídate del «aquítepilloaquítemato», la cama no se desarma hasta la noche, como mandan los cánones matrimoniales…¡con el trabajo que me ha costao!..

En fin, si no sabéis cómo cambiar la funda nórdica, aquí tenéis mi enriquecedora experiencia. ¿ Y vosotros como os apañáis? ¿Alguna idea mejor? ¿Menos sudorosa y sacrificada?

*Post actualizado

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25 comentarios en «Cómo cambiar la funda nórdica y no morir en el intento»

  1. Yo también me subo a los pies de la cama, sacudo y luego voy arrastrando hacia atrás 😂😂. Lo que me ha gustado es lo de las pinzas, que yo aun soy mas bajita que tú y los beazos sólo estiran hasta cierto punto 😅😅

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    • Las pinzas son una maravilla, qué eso de usarlas para tender la ropa y cerrar el paquete de pan bimbo…están hechas para las fundas nórdicas!!!

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  2. ¡Pero cómo no se me había ocurrido antes! Mi primera funda nórdica tenía unas aberturas divinas en la parte superior y claro, metías cómodamente la mano por cada lado y todo quedaba bien centrado. Pero desde aquel modelo maravilloso ¡el resto han sido muy complicados! Esto tengo que probarlo, porque es que ya ni las de las camas individuales me quedan vistosas.

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  3. Je, je, muy bueno este post, muy divertido,hoy me he decidido ha escribirte, pues he pasado un rato bueno leyéndote.
    Mi experiencia me dice, primero que no puedo pasar sin el nórdico en invierno y ya lo quito cercana la primavera, eso sí, para cambiar la funda tengo a mi marido, que no se queja pues sabe que yo sola ni lo intento. Es verdad que no quedan como el clásico edredon, pero ya le he cogido el punto.
    También era de las que ponía al principio una manta antes que el nórdico pero según me dijeron perdía su efectividad, o sea, el cuerpo debe estar en contacto directo con la pluma.
    Muy propio lo de la limpieza de las mantas de antes, solo se aireaban y ya esta, lo de la compañía de los ácaros, es lo más, un saludo.

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    • Me alegro que te haya gustado!!! y haberte sacado unas risillas, jajjajaja. Pues mira que me estáis todas animando para que me ayuda o lo haga Un papá muy feliz, pero no, prefiero hacerlo yo …el es un desastre con estas cosas!!!

      Oye pásate cuando quieras!!!! me alegra recibir nuevas visitas.

      Besazos.

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  4. jajaja!! me alegra saber que no soy la única que hace auténticas monerías,para cambiar la funda del nórdico!! 🙂
    Yo soy muy cabezona.Y lo cambio yo solita.Son muchas sesiones,y ya le tengo pillado el truqui.
    Yo misma,la cambié este finde.Y papábicho mientras,haciendo otras cositas.
    En mi casa,como en todas.. cada loc@ con su tema.
    Yo con mis fundas nórdicas.Claro está! ﺕ

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  5. Ay, mira, mira…que le tengo una manía al nórdico…Ya no sólo por lo que cuentas, sino porque haces la cama y queda como deshecha!!! Que en una cama de 90 me gustan, pero en las de matrimonio, como que no…Yo porque estoy viviendo de alquiler, pero el día que me compre un piso, fijo que en mi cama voy a poner el edredón de toda la vida. ¡Fijo! Que queda tan colocadito, tan rectito, tan….tan menos coñazo, vamos.
    Lo de ponerlo y quitarlo a menudo, yo no lo hago porque pongo sábanas. Entonces el nórdico lo uso como edredón de los de toda la vida. Es más, dentro de la funda, pongo dos nórdicos. Soy muy friolera. Y cuando llega más frío, tiro de la manta de toda la vida y la pongo debajo de los dos nórdicos (que están metidos en una misma funda). así que cuando hace mucho frío, me tapo con la sábana, la manta y dos nórdicos…

    Pero lo dicho, es un coñazo quitarlo y meterlo y que quede estiradito…¡Lo odio! Qué ganas de volver al edredón de toda la vida….
    Yo le pido a mi chico que me ayude cuando hay que quitarlo y volverlo a poner…sola sería una lata…y eso que nuestra cama es de 1’35…Aunque el nórdico que tenemos es de una cama mayor, porque otra cosa que odio es que sean tan cortitos…con lo que me gusta a mi taparme y que no me falte tela.

    ¡Besos!

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    • ole tú!!!!!!!! valiente!!!!!! en lugar de uno…dosssssssss!!!!!!!!!!! tendrás ya un master fundil!!!jajjajaaj ya tu chico lo tendrás hasta ahí mismo…y además una manta???? hija vete a vivir a Canarias, cualquier día desapareces tragada por la cama!!!!!!!!

      Muchas gracias por comentar y por seguirme 😉

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    • jajajajaj pero que pasa con la estatura de la bloggeras????? chicas somos grandes como persona!!!!!

      Yo también me he resignado un poco y que quede como quiera, porque con el terremoto que a la que me descuido ya está encima de la cama…

      Muchos besos de pequeña a pequeña.

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  6. Jajaja Cómo te entiendo! Yo la cama la tengo de 140 (algo ayuda) y como J. es muuuy alto (yo aún soy más bajita que tú), lo dejo encerrado maldiciendo dentro de la habitación y espero fuera… 🙂 Hay que saber delegar, dicen, no? Además yo tengo la excusa de que no quería nórdico (por eso mismo) y él sí, así que no le queda otra… 🙂

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  7. jajajajjajajaja, que bueno el post!! eso de que los ácaros abrigan estoy completamente de acuerdo, todo abriga en una noche fría de invierto y digo todo jejejejj

    Yo la verdad que siempre que tengo que cambiarlo, aunque mi marido sea de los que opina que no es necesario hacerlo en todo el invierno, me pongo mala, porque tela que sofocos hasta que queda colocado en su sitio. Pero soy de las que llaman al «querido hombre de la casa» y nos ponemos los dos al lío, y quieras que no es mucho más fácil!

    Pero también es verdad que un nórdico en invierno, es como una cervecita fresquita en una terraza en primavera, indispensable.

    Muakk! te leoooo

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    • Si, tu lo has dicho TODO abriga en una noche fría de invierno…

      Jajajaj por eso puse lo de cambiarlo amenudo, porque Un papá muy feliz no lo cambiaría en la vida, jajajaj

      Y lo agusto que se duerme y calentico…la gloria.

      Si si si leemeeeeeeeeeeeeeeeeeeeee. Gracias y besos calentitos.

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