Hoy en Queriendo ser madre, os presento a A., ella es una seguidora de mamá ríe anónima que se ha animado a contarnos su historia tras leer todas las demás. La Historia de A. es una historia sencilla, ella no tuvo ningún problema para tener a sus dos hijos, es más, los tuvo muy pronto tras tomar esa decisión.
El inconveniente llegó cuando el mayor de los hermanos lo pasó mal con la llegada del pequeño, ello generó en A. un gran sentimiento de culpa por no poder atender a su hijo como ella creía que merecía.
Pasado el tiempo y con mucho amor y compresión, son una familia feliz que no descartan repetir en esto de la maternidad. Os dejo con esta historia…
Queriendo ser madre. La Historia de A.
¡Hola Soy A! Y después de encontrar tu blog hace unos días, y leérmelo casi del tirón, me apetece contarte mi historia.
Con 19 años comencé a salir en la universidad con un compañero de clase, la historia parecía perfecta. Pero la verdad es que no lo era, siempre teníamos que hacer lo que él quisiera, salíamos por donde él decía, con sus amigos, y por ello fui perdiendo a mis amigas (menos mal que ellas no me dejaron a mi). Estuve saliendo con él 4 años y cuando lo dejamos, me sentía anulada. No tenía amigos, y aunque lo dejamos porque él me engañaba, contó otra historia y todo el mundo le creyó, y la verdad, que yo no tuve fuerzas para desmentirle. Estaba hundida
Me vi sola en la universidad, que era donde pasaba la mayoría de mi tiempo entre clases, proyecto, prácticas, … Pero por suerte los fines de semana trabajaba de cajera en un centro comercial para pagar la uni y allí conocí a una persona encantadora.
La historia surgió de un modo tonto, sin buscarlo (no estaba yo para otra relación), y él estaba medio con una chica. Pero poco a poco, empezamos a quedar como amigos, hablábamos y nos fuimos conociendo. Y una noche en la que salimos con más compañeros, de manera tonta me dio un beso. Me dejo descolocada, porque no me lo esperaba, no pude dormir en toda la noche, porque no me había dado cuenta, pero me había enamorado y ese beso saco a luz esos sentimientos.
Así que empezamos poco a poco a actuar como pareja, sin que lo formalizáramos de ningún modo, pero nosotros somos así. No nos hacen falta pedidas ni anuncios, lo nuestro surgió poco a poco, sin buscarlo. Pasaron los años en los que afianzamos nuestra relación, yo pude recuperar a mis amigas (en realidad no las perdí, ellas esperaron pacientes a que me diera cuenta y al llamarlas me recibieron como si nada hubiera cambiado), salir con él o sin él, viajar, vamos lo normal en una pareja.
Tras 4 años de relación surgió la oportunidad de comprar un piso, y una vez más como son las cosas entre nosotros, decidimos no dejarlo pasar, no fue algo premeditado, ni buscado, pero cuando surgió supimos que era el momento de dar ese paso.
Y cuando nos lo dieron, decidimos casarnos, igual sin pedidas ni nada, simplemente lo preparamos y lo hicimos. Fue el día más feliz de mi vida, toda la familia y amigos reunidos. Lo pasamos fenomenal, éramos los primeros amigos por ambos lados que nos casábamos así que todo el mundo lo dio todo.
Los siguientes dos años, nos dedicamos a lo que más nos gustaba, viajar. En cuanto podíamos por trabajo y dinero nos hacíamos un viajecito. Y fueron dos años maravillosos.
Hasta que en septiembre de 2011 unos buenos amigos nos dijeron que estaban esperando un bebe y con mirarnos, ambos supimos que era nuestro momento. No planeamos el día, no habíamos comentado el tema antes (más allá de saber ambos que queríamos niños), y ese mismo mes deje la píldora.
El primer mes estaba convencida de estar embarazada, se me retraso la regla, tenía el estómago revuelto, mareos. Así que al tercer día de retraso hicimos un test, que fue negativo. La verdad, que nos quedamos un poco chafados, porque estábamos seguros. Pero retomamos fuerzas y lo seguimos intentando.
Llego diciembre con las navidades, las fiestas, las copitas, la familia, y lo pasamos genial. Y en enero teníamos un viaje de fin de semana, pero el viernes no pude ir a trabajar, estaba con lo que pensé era gastroenteritis. Así que lo anulamos y me quedé ese día en casa, el sábado seguí igual, y por la tarde mi marido, harto el pobre de estar encerrado conmigo se fue a correr un rato. Al volver me trajo un test de embarazo, tenía DOS SEMANAS de retraso, pero yo estaba convencida de no estar embarazada, pero bueno me dijo que me lo hiciera, porque si seguía mala tendría que ir al médico y para tomarme cualquier medicina me tendría que hacer el test.
El domingo me desperté temprano, y fui a hacer pis. En el lavabo había dejado el test, y me lo hice, casi antes de soltarlo ya tenía las dos famosas rayitas y una gran emoción y alegría me lleno por completo. Así que volví a la cama y al meterme se despertó, le abrecé y le dije ¿Qué te parece si te digo que vas a ser papa? Me abrazo y me beso, y ambos sonreímos como tontos.
Nos esperamos a contarlo hasta que en la semana 8 me hicieron la primera ecografía y nos dijeron que todo estaba bien. Ese día fue todo felicidad, alucinamos con lo bien que se veía ya en la eco a nuestro pequeño, y al contarlo a padres y hermanos todos saltaron de alegría.
El embarazo fue bueno, a pesar de las millones de veces que vomité y en septiembre nació nuestro precioso niño. El parto fue regular, venía con vuelta de cordón y la cosa se complicó, con fórceps, se lo tuvieron que llevar unas horas a la UCI, pero lo demás fue perfecto. Me recupere de inmediato, una lactancia perfecta y un bebe sano que nos llenó de alegría.
Tres años después, decidimos ampliar la familia. Y en el segundo mes me quede embarazada, igualmente el embarazo fue bien, aunque es cierto que mucho más cansado, porque ya no llegas a casa y te tumbas a descansar, o sales a dar un paseo. Llegas a casa y tu niño te pide que te sientes en el suelo a jugar, o se cae y quiere a su mami. En julio, nació nuestro gordito, un bebe tranquilo, sano y por suerte dormilón, que completo nuestra familia.
El primer mes fue difícil, porque el recién ascendido a hermano mayor lo paso mal, y yo sufrí mucho. Me sentía muy culpable de no poder atenderle como él me demandaba porque estaba dando el pecho a su hermanito, lloré mucho, pero por suerte tuve una vecina en igual circunstancia y vernos igual, hablarlo y llorar juntas me ayudo. Sentía que una decisión nuestra, ampliar la familia, hacía sufrir a mi niño y me costó dejar de culpabilizarme, pero en cuanto empezó septiembre y volvimos a nuestra normalidad, horarios, clases y demás todo se normalizó y empezamos a disfrutar. Es cierto, que mi niño nunca estuvo mal con su hermano, al contrario, le besaba, lo quería coger, a todo el mundo le decía que era su hermanito. El problema vino hacia mí, y eso me partía el alma. Pero por suerte en septiembre recupere a mi niño querido.
Ha pasado más de un año y me siento la persona más feliz del mundo, tengo mis dos preciosos soles y un marido que se desvive por nosotros. Somos felices, cierto es que me quedo con la espinita de tener un tercero (y no porque sea niña como casi todo el mundo piensa, sino porque tres es el número de hijos que siempre pensé tener), pero las circunstancias laborales en estos momentos no me lo permiten, aunque tampoco lo descarto. Somos jóvenes y quizás en unos años, la cosa este de otra manera
Esta es mi historia, que espero pueda interesar al resto.
Gracias por este rinconcito para contarla.
FIN
Gracias a tí A. por dejarnos entrar un poquito en tu vida.
¿¡Qué os ha parecido la historia de A.!? No es mi caso, pero seguro que muchas de vosotras que tenéis dos hijos, uno de los miedos era como la bimaternidad podría afectar en el mayor y el no poder atenderles como hasta ese momento…cómo lo hicísteis!?
Como siempre, animaros a que leáis todas estas historias, me dejéis un comentario y por supuesto a que me mandéis las vuestras. Lo podéis hacer a mamarreir@gmail.com, a través de Facebook o en el formulario de contacto aquí abajo…¡os espero! 😉
Que bonita historia =)
Una historia preciosa.
Si que lo es Sandra. Gracias por tu comentario.
Me he sentido reconocida, porque cuando nació Diego, Alejandra era muy chiquitina y durante mucho tiempo tuve un poco de sentimiento de culpabilidad si estaba con Alejandra porque no hacía caso a un bebe recien nacido y si estaba con Diego, porque Alejandra me podría necesitar. Supongo que esto de la maternidad a veces es mas complicado de lo que imaginamos.
Yo no sé como será pero de verdad que cuando me planteé hacerme otro tratamiento una de las cosas que más pensaba era esto…Si que es complicado, sí…
una historia sencilla, pero preciosa. Conocer a alguien y saber que es la persona con la que deseas estar. Quedarte embarazada y sentir el amor no solo de tu pareja si no de tu familia es lo más bonito del mundo.
Muchas felicidades a esta familia! 🙂
Lo sencillo es bello, verdad!? es una historia bella.